Pilar Roche ensalzó la esencia y el espíritu «divertido, desenfadado y reivindicativo» del Carnaval, en su Pregón que realizó en la tarde del pasado sábado en el Balcón principal del Ayuntamiento, con una intervención en la que relató los altibajos de esta festividad en Hellín, aunque puso en valor "la alegría" con la que se celebra en muchos lugares del municipio, y también en distintas pedanías.
Tras su recepción oficial en el Salón de Plenos del Ayuntamiento por parte de la Corporación Municipal liderada por el alcalde, Ramón García, y la concejala de Festejos, Fabiola Jiménez, la ex responsable de esta área, entre 2003 y 2011, reconoció, ante las decenas de personas que, con o sin disfraz, se encontraban concentradas en la Plaza de la Iglesia, sus vivencias y recuerdos de esta fiesta.
Roche quiso detenerse en un Carnaval "muy especial" que, desde hace años, se celebra en Hellín, como en los Hermanos de la Cruz Blanca en los que ha participado y de los que destacó, "la diversión, la alegría y la magia que transmiten y se contagia".
También destacó, durante muchos años, el trabajo del Centro de Mayores de Hellín que "ha contribuido también a engrandecer" los Carnavales, con sus bailes de máscaras.
Consultando archivo y prensa antigua de Hellín, admitió, reveló que se tiene conocimiento que, a finales del Siglo XVIII y principios del XIX, en época de Carnaval, eran frecuentes los bailes en la calle La Reina (actual Rabal), donde se hallaban varios salones de baile que se llamaba: "El Comercio", "Salón España" y Salón Brillante.
Durante el Siglo XX, relató, se tiene conocimiento que los anteriores Carnavales pierden su auge y llegan casi a desaparecer, en el momento en que dio a conocer sus recuerdos de Carnavales en Hellín que se sitúan, a finales de los 50 y principios de los 60 del siglo pasado, en el Barrio de San Roque, donde nació.
Recordó con nostalgia cómo "los chiquillos y chiquillas, con una peseta en la mano, bajábamos al "Carrico de Pepera" y nos comprábamos las caretas", como del Guerrero del Antifaz, Jabato, Capitán Trueno o de Crispín; así como de india, Ingrid o de Sisí.
Unas caretas que se unían a los vestidos de las madres o abuelas de la época, con los que comenzaban el recorrido por la Placeta de San Roque, el Callejón de Facorrín o Pí y Margall donde, recordó, no se cantaba aquello de "Carnaval , Carnaval ... Carnaval te quiero", sino el "que no, que no, que no me conoces; que soy perucho y llevo los cuartos en un cartucho".
Gastronomía
La ex concejala sí que celebró que algunas costumbres no han cambiado con el paso del tiempo, como las fritillas o paparajotas "que estaban igual de buenas que ahora", solas o con chocolate; junto a los rollos fritos, al asegurar que "nuestra gastronomía es uno de los muchos atractivos que tiene Hellín".
Después de pasar una época "en declive" de los Carnavales de Hellín, con la llegada de la Democracia, y siendo alcalde de Hellín, Antonio Pina, se empezó a trabajar en el auge, a través de la Universidad Popular, siendo su director, Pedro Blázquez.
Recordó que, con los monitores de la UP, en el primer Carnaval en el que participaron se disfrazaron de instrumentos musicales y, en su caso, de director de la orquesta Luis Cobos. Luego, llegaron los premios, como el que recibieron por su homenaje a "Lo que el viento se llevó", cuando el concurso se celebró en el Jardín Martínez Parras.
En años sucesivos, destacó que "se siguió trabajando para conseguir unos Carnavales que Hellín se merecía", y junto con los alumnos y el resto de colectivos hellineros "logramos hacer unos Carnavales muy participativos y muy bien acogidos por todos".
También quiso dar las gracias a todos los colaboradores que, durante los ocho años en los que fue concejala, le ayudaron a confeccionar los Carnavales, con una mención especial a Manuel Guerrero e Isabel Rubio.
Pedanías
En la distancia, Roche quiso tener un recuerdo hacia las pedanías, que asoció con una sensación o sentimiento, por lo que a Nava de Campaña la llamó "guapa"; a Cañada de Agra, "la chula"; a Isso, "grandioso"; a Cancarix, "alegre": Agra, "la madre"; Minateda, "la Bonita", Agramón, "potente"; Torreuchea, "la mágica"; Las Minas, "orgullo de Hellín; Rincón del Moro, "coqueto"; y La Horca, "valiente".
Tampoco se quiso olvidar de los barrios de Hellín, como San Roque, San Rafael, El Plantonar, Atajadero, San Cristóbal, El Pino, Cerro Barbudo, El Castillo, Calvario, Puertas de Madrid, La Estación, San Vicente y El Hospital
Por último, animó a todos los hellineros a que mantengan "viva" esta fiesta del Carnaval hellinero "para que no la dejemos perder, participando cada año activamente con alegría y buen humor. Sólo necesitamos imaginación. Que es cosa barata".