El Ayuntamiento de Hellín, a través de la Concejalía de Bienestar Social y Cáritas Interparroquial presentaron ayer una nueva campaña de «Nadie sin Hogar», bajo el slogan este año de "Porque es posible: nadie sin hogar", con el fin de concienciar a la sociedad en general de las más de 30.000 personas que, se calcula, en España viven a la intemperie.

"Qué todas las personas tengan un hogar, es un compromiso común", es el subtitular elegido este año para reivindicar una serie de medidas y acciones que permitan acabar con una situación que se consideró injusta, más aún, en esta época del Invierno en que llega el río.
La campaña se presentó en las dependencias del Ayuntamiento, de una manera muy original, ya que un grupo de personas aparecieron ante la Prensa con el rostro cubierto por una careta "porque aunque para parte de la sociedad y los gobernantes se tratan de personas que pasan indiferentes, son ciudadanos que tienen rostro. Y sufren».
Así lo aseguró el Consiliario de Cáritas, Javier Cano, junto a la recién nombrada presidenta Ana Báidez, y el concejal de Bienestar Social, Emilio José Pinar, quienes defendieron una serie de actuaciones en el marco de los actos en recuerdo al Transeúnte.
Cano justificó la continuidad de esta campaña que comenzó hace cinco años, bajo el slogan de "Acabar con el sinhogarismo es posible", porque, en este tiempo, existen personas durmiendo en las calles o viven en alojamientos de emergencia por un período superior al necesario.
Más ayudas
El religioso también recordó que 11,7 millones de personas están afectadas por diferentes procesos de exclusión social, lo que supone, alertó, un 60 % más que en 2007, junto a las cinco millones de personas que se hallan en situación de exclusión severa, mientras que un 7% vive en condiciones de hacinamiento grave (15 metros cuadrado por persona)
Cano, al igual que el concejal de Bienestar Social, denunció que, entre 2011 y 2014, la financiación de los Servicios Sociales se ha recortado en un 34%, por lo que Emilio José Pinar, a favor de las personas, por encima de los números, apeló «a un cambio urgente en el actual modelo que sitúe a las personas y su dignidad en el centro, y se garantice el acceso y ejercicio de los derechos fundamentales».
Así se convino en la necesidad de contar con el compromiso político, por lo que a las diferentes administraciones se solicitó políticas sociales comprometidas que apuesten por la protección y garantía de acceso a derechos básicos, como Salud o Vivienda, u otros aspectos relacionados con la ayuda energética.
A los medios de comunicación se les solicitó que comuniquen mensajes respetuosos con los derechos de las personas y, a la sociedad en general, les reclamó una mayor implicación "para poder modificar un modelo social que favorezca el sostenimiento de la exclusión social".
Ayuda al Transeúnte
Pinar se detuvo en revelar algunos datos relacionados con la atención al Transeúnte, desde que en el se puso en marcha este programa desde el 2001, en coordinación entre Cáritas, Servicios Sociales y, por extensión, a través de la Policía Local, con la financiación de la Junta, que se ha traducido en la atención de 1.730 personas.
El objetivo de este Programa, explicó Pinar, ha sido el de facilitar el proceso de integración de los transeúntes que llegan a la ciudad, a través de un servicio integral de acogida de Cáritas, en su horario laboral que, posteriormente, continuaba la Policía Local.
Sin embargo, desde 1998 se puso en marcha un protocolo de actuación en materia de atención al Transeúnte que sirvió para racionalizar las intervenciones que se llevan a cabo con este colectivo y que ha derivado, destacó, en una atención técnica y profesional de las demandas planteadas; una disminución del número de transeúntes que se han atendido, así como de la mendicidad que se practicaba en el municipio.
Y es que, en los últimos cinco años, Pinar recordó que se ha registrado la atención de una media de 42 personas por año, inferiores a las del comienzo del Programa cuando, recordó, se atendían una media de 200 personas cada ejercicio, y que llegó a las 221 en el 2003.
Manifiesto
Por su parte, la nueva directiva de Cáritas, Ana Báidez, leyó un escrito redactado por algunas de las personas sin echo, en el que se reivindica la vivienda para todas las personas, al considerarse como el lugar donde encuentran cariño, amor y seguridad, y al entender que facilita la acceso a un empleo.
En este sentido, los firmantes del manifiesto declararon no entender la existencia de viviendas vacías mientras existen personas en la calle, por lo que consideraron necesario ampliar y mejorar el acceso a las viviendas sociales, «porque la salud no es un negocio. Es un derecho de toda persona», en alusión a los casos en que se les deniega la tarjeta sanitaria.
Del mismo modo, pretenden desmitificar las ideas asociadas a personas en esta situación, ya que advirtieron «no queremos vivir de ayudas: queremos trabajar», pero lamentaron la existencia de algunos ayuntamientos que no les permiten empadronarse. «La participación es formar parte de algo; es un valor, no un objetivo a conseguir. Tenemos miedos e inseguridades que nos dificultan la participación por situaciones negativas de que hemos vivido en la calle».
El manifiesto concluye explicando que «si conseguimos tener relaciones sociales positivas, nacerán diferentes tipos de vínculos que conseguirán que dejemos de sentirnos solos. No tener a nadie es tenerlo todo perdido, porque tenemos claro que no somos nada sin los demás».