Fútbol Juvenil (Play Off de ascenso a la Liga Nacional): Villacañas, 1; Hellín, 1
Alineaciones:
Villacañas: José Carlos; Aparicio, Porrero (minuto 83, Pablo), Mario, Paniagua (minuto 81, Raúl); Carmona (minuto 72, Ricardo), Raboso (minuto 59, Amador), David, José; Díaz Alejo y Avilés.

Hellín: Eugenio; Carlos, Josérra, Juan Angel, Mario Mata; Pepe (minuto 87, Manu), Rafa Cuesta (minuto 59, Fran), Lito, Sebas; Alex Jiménez (minuto 76, Aaron) y José Luis (minuto 89, Leonardo).
Arbitro: Díaz Fernández. Amonestó a los toledanos, José, Aparicio, Raúl y Mario, y expulsó con doble amarilla a Díaz Alejo (minuto 78); y a los hellineros, Sebas, Aaron, Carlos, José Luis y Josérra.
Goles:
1 - 0. Minuto 8. Paniagua.
1 - 1. Minuto 49. Mario Mata.

 El Hellín Juvenil jugará la próxima temporada en la Liga Nacional, tras empatar a uno en Villacañas, en el último partido de la temporada, correspondiente a la vuelta de los Play Off de ascenso, por lo que lo que el joven equipo hellinero completaba una campaña magnífica. Aunque el salto de categoría no estuvo exento de emoción y sufrimiento.
Y es que, aunque los de Paquito Jiménez, que, sin duda ha sido uno de los grandes valedores en el ascenso a esta categoría en la que ya ha competido en varias ocasiones, en la última década, un equipo de Hellín, viajaba con la ventaja del 1 - 0 lograda, una semana antes, en Isso, con el gol de José Luis, y sabían que, al menos por la trayectoria de los toledanos en la Liga en su terreno de juego, no iba a ser nada sencillo. Y que el ascenso iba a pasar por, obligatoriamente, al menos marcar un gol, como sucedió apenas comenzó el segundo tiempo.
En este sentido, si en la ida los hellineros dejaron viva la eliminatoria tras errar claras ocasiones, en esta ocasión tuvieron que sufrir mucho, sobre todo, en la primera mitad, ante la salida en tromba del Villacañas que, muy habituado a su terreno de juego, de césped artificial, pero, de reducidas dimensiones, a los ocho minutos ya gana 1 - 0, por lo que la eliminatoria se igualaba a las primeras de cambio, después de que Rafa no pudo concretar, un mano a mano con el portero, que bien hubiera podido cambiar la decoración.
Era sólo el arranque del partido y el Hellín, en un campo abarrotado y con el público llevando en volandas al campeón del Grupo V toledano, lo estaba pasando verdaderamente mal, hasta que superado el acoso de los toledanos y el ecuador del primer tiempo, poco a poco los hellineros empezaron a serenarse y a sentir las mismas sensaciones que tantos éxitos le ha proporcionado en la Liga Regular.
Pero con el Villacañas siempre muy peligroso en los balones bombeados al área y a balón parado, donde el portero, Eugenio, se convirtió en uno de los protagonistas salvadores, también desde el saque de esquina Lito y Sebas tuvieron inmejorables ocasiones que salvó el arquero toledano.
Gol de ascenso
Con el partido muy animado y tenso, en la recta final del primer tiempo pudo empatar el Hellín, primero, en otro mano a mano de Fran con el portero; y luego, en una acción de José Luis que cayó desequilibrado y en la que la delegación hellinera, sin éxito, reclamó penalty.
Tras el paso por los vestuarios y la última charla de la temporada, el Hellín salió dispuesto a marcar el gol que sabía le ponía a las puertas de la gloria. Así, no habían pasado ni cinco minutos que Mario Mata ponía el empate a uno en el marcador que cambió por completo la decoración al conseguirse fuera de casa, lo que obligaba a los villacañeros a tener que hace dos tantos más si querían conseguir el ascenso.
En este escenario de un Villacañas muy volcado y con su portero casi jugando de líbero, y el Hellín seguro atrás y sin renunciar a la contra, el partido se volvió precioso, aunque, en ocasiones con imprecisiones fruto de los nervios y la ansiedad.
Los técnicos empezaron a introducir los cambios del refresco en el terreno de juego, mientras que el tiempo pasaba y el Hellín se defendía con mucho orden, como una de las claves del éxito en la temporada; e incluso salió a la contra en más de una ocasión, por lo que los toledanos, como se suele decir, se vieron obligados a nadar y guardar la ropa.
A un cuarto de hora para el final el Villacañas se quedó con uno menos, por lo que los ataques de los locales empezaron a ser cada vez más tan imprevisibles como descoordinados, frente a un Hellín, a esas alturas pletórico y en superioridad, que se veía cerca de la orilla y del ascenso que se celebró, dentro y fuera del campo, con mucha alegría.