Ramón García fue contundente contra la gestión del alcalde y de su complicidad con el Gobierno de Cospedal y pasividad en temas como el Agua, la Sanidad, la Educación o Ley de Dependencia: «él vive en Albacete y, mientras que a sus amigos les vaya bien, tan feliz y contento», tras reprocharle que, en estos cuatro años, se ha caracterizado por ser «cobarde, apático e irresponsable», políticamente hablando, «porque, para ser un buen alcalde, hay que saber utilizar el corazón, la cabeza y la mano siempre tendida».

En este sentido, indicó que «si fuera del PP, que no lo soy, estaría avergonzado de ver a Manuel Mínguez en los carteles, porque, en su cara refleja los pecados más grandes de un alcalde: la traición y la pereza. Siempre ha llegado el último al Ayuntamiento y se ha ido el primero. Un desperdicio estos cuatro años», aunque con «el deseo, la ilusión y las ganas que tenemos de darle la vuelta a este caos y pesadilla en el que se ha convertido Hellín».
Por último, indicó que «no prometeremos anda que no podamos cumplir, pero sí trabajo, esfuerzo y dedicación».
Manuel González acusó a De Cospedal de haber gobernado «sin alma y sin escuchar en ningún momento a los ciudadanos».