De completo éxito se pueden calificar las Jornadas Nacionales de Exaltación del Tambor y el Bombo, que, ayer concluyeron con una participación masiva encabezada por los miles de tamborileros que se desplazaron desde Hellín y Agramón para ser protagonistas de este evento histórico que, por primer vez en 30 años, se ha celebrado en Jumilla.

Si acaso con temperaturas frías de madrugada y primeras horas de la mañana, sobre todo, en relación a la Primavera anticipada que, tanto en Jumilla como en casi toda España, se había vivido la semana anterior, la localidad murciana, según los primeros datos, ha pasado con nota alta su bautismo en este evento que hace tres décadas nació en Hellín.
Y sobre todo, uno de los elementos que más ha llamado la atención han sido los stands informativos y de referencia para cada uno de los más de 20 pueblos participantes se dispuso por parte de una organización que, de esta manera, ha recibido los frutos a más de un año de preparativos.
Precisamente dada la cercanía entre ambas localidades, el hecho de que la Asociación de Peñas fletó autobuses para los que eligieron esta opción, junto a los que se fueron en coches y hasta en taxis, se calcula que han sido más de 4.000 los hellineros y agramoneros, que, desde el vienres hasta ayer, han estado presentes en estas Jornadas que se despidieron entregando el testigo a la localidad cordobesa de Baena, sede en el 2016.
Buen ambiente
Los primeros hellienros empezaron a llegar en la tarde del vienres y, entre éstos, las autoridades locales y los responsables de la Asociación de Peñas; pero fue en la jornada del sábado cuando, de manera progresiva, cientos de coches salieron de un Hellín que se quedó casi vacío, para contemplar en directo el acto de Exaltación con la delegación hellinera compuesta por hombres, mujeres y algún niño; luego, el desfile, para concluir con la Rompida de la Hora.
La tamborada se prolongó durante la madrugada, en algunos casos, hasta la mañana de ayer en que comenzó el regreso a la ciudad hellinera.