El alcalde de la ciudad confirmó esta semana el acuerdo que, en breve, se va a alcanza con la Orden Franciscana de quien depende el Convento de la Plaza de San Francisco, por lo que el Ayuntamiento pasará a ser el propietario de la zona no religiosa, mientras que la parte eclesiástica dependerá del Obispado y el Huerto, de los propios franciscanos.

Así lo anunció Manuel Mínguez el pasado martes en el Museo Comarcal de la calle Benito Toboso con motivo de la inauguración de la exposición que lleva por título, «Francisco, restaura mi ruinosa casa", en la que se repasa, con abundante documentación, fotografías y otra serie de objetos (como una réplica de La Inmaculada cedida por una familia hellinera) la historia del Convento desde su inauguración en el siglo XVI.
Mínguez, acompañado por el concejal de Patrimonio y Cultura, Amador Casado; el último guardián del Convento, Fernando Gil; Agustín Cifuentes, portavoz de la Plataforma en Defensa del Convento, así como distintos miembros de la Corporación Municipal y numerosas personas en representación de colectivos y entidades de la sociedad, habló de un día «muy feliz para el municipio en el que, por fin, resopló aliviado, se ve a la luz en un tema que nos tenía muy pendientes a muchos hellineros», conocedor de la importancia del Convento.
El primer edil dio a conocer el importante anuncio que muchos hellineros estaban esperando, tras la reunión, que, por la mañana había tenido lugar entre técnicos del Ayuntamiento y representantes de la Orden, con el fin de desbloquear el futuro del Convento, cerrado desde hace más de dos años.
En concreto, reveló el alcalde, una vez que se ha confirmado que el Convento, en el Registro de la Propiedad, se halla a nombre del Ayuntamiento, "pero sabedores que pertenece a Franciscanos, en breve vamos a pasara la titularidad a la Orden".
Condiciones
Luego-explicó-el Obispado se encargará del interior del Convento y otros espacios religiosos, como el Camarín; mientras que el Centro Joven que ocuparon los técnicos municipales durante una década hasta que, hace dos años, se tuvieron que abandonar las dependencias por cuestiones de seguridad, pasarán a depender del Ayuntamiento.
De esta manera el Obispado se encargaría de relanzar la actividad religiosa cuando se proceda a la remodelación de los desperfectos aparecidos en el edificio, aunque de la financiación económica no se han ofrecido muchos detalles en concreto, pero todo apunta a que aquél estaría dispuesto a implicarse de manera importante en las obras que se lleven a cabo.
Fue el último guardián, Fernando Gil, quien intervino con un texto al que tituló «Semblanza para la exposición del Convento de Hellín, y comenzó con un expresivo "todo lo que empieza acaba", recordó, apoyándose en el contenido de la exposición, que el Convento comenzó a construirse en enero de 1524-se conoció el dato por la inscripción que apareció en uno de los muros de la Iglesia- bajo la advocación de Nuestra Señora de los Angeles, luego rebautizado como San Francisco.
Con una población entonces de 1.200 habitantes que sufragaron parte de la obra, el Convento contó en sus inicios con unos 30 religiosos que celebraron actos de un gran valor; además, durante los siglos XVI y XVII fue centros de estudios de Filosofía y Teología.
Sufrió los avatares políticos de la época que obligaron al abandono de los religiosos con motivo de la Desamortización de Mendizábal y la Guerra Civil, hasta que se produjo el regreso coincidiendo, e en los años 40, con la apertura del Centro de Estudios de Filosofía, hasta que en 1956 se unió la Teología. Ese año se produjo también el incendio del Convento.
En el 2008 se cerró por la ausencia de vocaciones religiosas, a pesar que, durante algunos años, se celebraron, si acaso los fines se semana, de alguna misas y otros eventos, como la Fiesta de la Inmaculada, pero, hace dos años que no cuenta con actividad.
"Esta exposición es el testimonio del cariño en el pasado que perdura en la memoria de los hellineros hacia los religiosos, para dar continuidad a la estrecha relación de anteriores generaciones con esta Orden", indicó una persona que, durante más de 35 años, ejerció de misionero en distintos países de Sudamérica.