Ha sido el primer paso, y quién sabe lo que deparará el futuro, de la primera cerveza 100 por cien hellinera, después de que este fin de semana más de una veintena de familiares y amigos acudieron a la cata que se organizó. De momento, ellos prefieren autodenominarse Homebrewers (aficionados haciendo pruebas caseras con diferentes estilos.
Fue el interior de una peña de Semana Santa que, para tal efecto, cedió las instalaciones, donde tuvo lugar esta degustación de la cerveza que, previamente, habían elaborado los jóvenes hellineros, Armentario López y Juan Carlos Lorente, aunque en el mismo evento también se pudo degustar la "rubia" que ha elaborado otro joven local, como Alexis Armengol.

La cata sirvió para poder experimentar con el sabor de una veintena de marcas, con el fin de poder observar las diferencias entre unas y otras, y para escuchar las explicaciones de los emprendedores sobre una cerveza, de momento bautizada como "Putuka" (aunque su nombre oficial en un momento más avanzado del proyecto sería uno muy hellinero), y que gozó con el beneplácito de la gran mayoría.
Se trata de una cerveza con productos naturales, de alta fermentación, estilo Alen, en la que se han utilizado hasta cuatro maltas y dos tipos de lúpulo, con un color que Armentario López dibujó como "muy agradable", más oscuro que la rubia industrial, puso a modo de comparación, con un sabor "muy ameno en la boca y con un regusto muy interesante. En principio parece dulzona, pero, en el proceso de tragar es cuando aparece un amargor fácilmente detectable".
Proceso arduo
Esta sensación se ha conseguido en el proceso de ebullición y a la hora de colocar, por tramos, los lúpulos, de tal manera que aporten, en un primer momento, aroma; y luego, amargor y también una especie de olor afrutado. Todo ello, con un perfecto tratamiento de la levadura, que no supera los cinco grados "y factor determinante" que marca la graduación de la cerveza.
Éste fue el resultado de un laborioso proceso que comenzó hace años ante el creciente interés por este universo de la cerveza que llevó a Lorente y López a participar en varias catas y a conocer todo lo relacionado con el proceso de fabricación: "la mayor característica de este mundo es que hemos pasado de un modelo de cerveza industrial, básicamente para refrescar, a este escenario que se entiende como una manera diferente de saborear este líquido".
Con el paso del tiempo los emprendedores adquirieron los elementos necesarios para la fabricación, a partir del agua, la malta-cebada germinada que otorga la base de toda la infusión-el lúpulo que consigue dar el aroma y el amargor, ya que la levadura cervecera es la que, finalmente, consigue la graduación.
Fermentación
Luego llega el proceso de fermentación y la carbonatación que consigue la espuma característica de la cerveza que ya madura en botella. Siempre atendiendo a unos criterios muy exigentes desde el punto de vista sanitario, ya que en todo momento hay que evitar el contagio del proceso con algún agente externo, por lo que el grado de limpieza es muy importante.
El hecho de que se utilizan productos naturales y cantidades pequeñas elevan de manera importante el coste de producción, sorbe todo en comparación con la cerveza más tradicional: "estamos muy contentos con el resultado, pero conscientes que la comercialización y distribución sería otro proceso bien distinto, y nada sencillo, económicamente hablando. De momento estamos contento con este paso».