La ciudad intenta, poco a poco, regresar a la normalidad en unos días en los que, es casi obligado sumergirse en los recuerdos de una Semana Santa que todos los protagonistas han resumido extraordinaria, en su desarrollo, y el espaldarazo casi definitivo para que la UNESCO, en su reunión de noviembre en París, declare la Tamborada de Hellín Patrimonio de la Humanidad.
En este sentido el alcalde de la ciudad, Manuel Mínguez, habló horas después de participar en un "momento sublime, mágico y especial", en relación al Encuentro que precede a la Procesión que contempló, junto al consejero de Educación, Cultura y Deportes, Marcial Marín, de una Semana Santa "maravillosa y para la historia".

En este sentido el primer edil municipal quiso poner en valor "el fervor y pasión con el que los hellineros viven esta fiesta", de ahí que quiso "agradecer el papel de los tamborileros, nazarenos, costaleros o bandas de cornetas y tambores", tras subrayar que "se ha vuelto a poner de manifiesto la simbiosis y la necesaria convivencia entre tambores y procesiones".
Sin incidentes graves
En la misma dirección el concejal de Seguridad Ciudadana quiso destacar la ausencia de los incidentes de consideración, a excepción del echo que ocurrió en El Rabal, coincidiendo con el desfile de la Hermandad de La Cruz, camino de la Iglesia de La Asunción, que acabó con un tamborilero detenido durante 24 horas.
A excepción de ese hecho Jesús Tébar quiso destacar "la madurez, civismo y comportamiento ejemplar de hellineros y visitantes", al considerar que "en una concentración donde se llegan a reunir más de 20.000 personas, apenas sucede nada de relevancia. Es el mejor síntoma de que los hellineros quieren y protegen su gran fiesta".