El Alcalde de Hellín y concejal de Semana Santa ha advertido esta mañana que el Gobierno "se va a comportar como lo ha venido haciendo en estos tres años a la hora de gestionar el desarrollo de las diferentes procesiones de Semana Santa” y, por tanto, “ni habrá medidas drásticas, ni empujones o desvíos. No vamos a perder la cabeza y apelo al sentido común y responsabilidad de cada cual, en su parcela”.

Así lo ha asegurado en la Sala de Prensa del Ayuntamiento, horas después de la controvertida decisión, firmada por más del 95 por ciento de los componentes de la Semana Santa, a favor de suspender los desfiles que se alejen de los horarios de referencia que se han marcado, sobre todo, Domingo de Resurrección y Viernes Santo, por la mañana.
En este sentido, García ha indicado que fijar, por ejemplo, que la Procesión de esa jornada, tras descender de El Calvario, tenga que estar sobre las 13.00 horas en la calle Alfarerías, cerca de las Puertas de Madrid, “es estar deseando a gritos que se suspenda el desfile. Porque saben que es casi imposible”.
Elecciones
Así, ha pedido “diálogo y sentido de la responsabilidad” a la hora de adoptar ediciones de este calibre aunque, en cualquier caso, la última palabra la tendrá que adoptar la Junta Local de Seguridad Ciudadana que, ha recordado, “siempre se ha mostrado contrario a suspender un desfile, una vez que éste se encuentre en plena calle”.
García ha recordado que, "curiosamente”, siempre que se habla de medidas de este tipo es cuando llegan las Elecciones Municipales. “Y con el PSOE en el poder”, por lo que a la directiva le ha recomendado que “vayan, paso a paso, ya que, con apenas unos meses en esta importante responsabilidad, es muy pronto para tomar decisiones de este calado, que afecta e implica a tantas personas”, por lo que ha reclamado un ejercicio de introspección de todos los que tenemos alguna responsabilidad en Semana Santa. “Seguro que cada cual tiene algo que aportar, para mejorar, y corregir lo que no funciona”.
Por último, Ramón García se ha despedido insistiendo en reclamar “cordura y mesura”, anticipando que va a ser una cuaresma “muy, pero que muy caliente e intensa, envuelta de tertulias y comentarios que hacen un flaco favor a la Semana Santa”.