La presidenta de la Comunidad de Regantes Fuente Principal y Pozo Contreras de Hellín quiso dar por zanjada ayer la polémica con el comunero, Francisco Tauste, que, la pasada semana, criticó su gestión y le pidió la dimisión, ya que aseguró iba a ser la primera y última comparecencia que, en esta dirección, iba a llevar a cabo, aunque defendió su trabajo y aseguró que no va a dimitir.
En el local de la Plaza Nueva y escoltada por alguno de los componentes de su Junta de Gobierno, Hidalgo se mostró "muy orgullosa" por el trabajo desarrollado en los últimos cinco años, tras destacar el respaldo que ha encontrado en los 270 comuneros, y aseguró que "puedo ir con la cabeza bien alta, con la confianza tranquila del buen trabajo que se ha hecho y siempre, de manera transparente y contando con la voz de todos los comuneros".
Hidalgo, que nunca nombró a Francisco Tauste con nombre y apellidos, sí que resumió su comparecencia hace una semana en la sede de la UGT como "una pataleta del niño al que no le salen las cosas como quiere", tras hacerse eco de las resoluciones de la Confederación Hidrográfica del Segura anulando todas los recursos de alzada que, tras la celebración de asambleas, ha presentado en los dos últimos años.
La responsable, que reconoció el derecho de Tauste a pedir que deje el cargo, sin embargo lo consideró como «un atrevimiento», y le recordó que ninguno de los comuneros le ha pedido que renuncie en las asambleas que se han celebrado desde julio del 2014, y menos aún el propio Tauste, al que le acusó de "no decir las cosas a la cara". Así, aludió al episodio que protagonizó en el desarrollo de la última asamblea, cuando grabó lo que se dijo y, posteriormente, se marchó: «demostró que el que tiene miedo y algo que esconder es él».
Crispación
El único mérito que le otorgó al propio Tauste fue el hecho evidente que "cada vez que se celebra una asamblea, no para de interrumpir y molestar", tras hacer mención a los mecanismos de intervención que se aprobaron pro la propia Junta de Gobierno que limita a dos, la intervenciones de los asistentes, con una posterior réplica.
En ese sentido Hidalgo reconoció que en la asamblea de febrero de este mismo le invirtió a que abandonara el Salón de Actos de la Cultura, pero negó que ordenara a los vigilantes de seguridad que lo sacaran a la fuerza, como el propio Tauste recordó en su intervención, y por lo que reveló aquélla está imputada y tendrá que responder en los juzgados.
Hidalgo, que defendió en más de una ocasión el trabajo que la Comunidad está desarrollando, «con pasos cortes, firmes, pero seguros» y tras aclarar que su único interés personal es "media hora de agua que me pertenece" también salió al paso de la denuncia del propio Tauste, cuando le reprochó que el local de los comuneros en la Plaza Nueva es de su propiedad.
Local
La presidenta explicó que, tras el requerimiento de la Confederación Hidrográfica sobre la necesidad de contar con una sede fija, como paso para constituirse legalmente como comunidad de regantes, se barajaron hasta ocho posibles locales, en medio del presupuesto de la Comunidad, de unos 350 euros al mes, por lo que al final se apostó por las dependencias en las que ayer intervino y que, reveló, cuesta 200 euros al mes.
Tras recordar que la propia Hidalgo paga un seguro de responsabilidad, indicó que ésta no es una prohibición que se recoja por los estatutos, por lo que de nuevo cargó las tintas contra el propio Tauste, al que le acusó de «querer vivir permanentemente en la polémica y el desencuentro. No le interesa la Comunidad y sólo quiere reventar las asambleas. Y los comuneros están cansados, porque sólo queremos trabajar».