Ginés Lozano aseguró que la revista «Tambor» se convierte, en su opinión, "en el cordón umbilical entre la Semana Santa y los miles de tamborileros que sacrifican sus hombros, sus manos y sus dedos por continuar una tradición imposible de olvidar".

Este catedrático de Lengua y Literatura, en su repaso más o menos detenido a algunos apartados de la revista, destacó que, "a ciencia cierta, se puede comprobar que la Semana Grande no es ficción, sino pura realidad que deleita nuestras miradas y sentimientos en nuestra lectura y conversación silenciosas".

Ginés Lozano comenzó su intervención sobre la presentación de la revista, "Tambor", parafraseando a un Cicerón que venía a decir que "donde quiera que se esté bien, allí está la patria", y aseguró que en Hellín "me encuentro muy bien, porque es mi patria primigenia en la que nací, viví y disfruté, encantado, con tantas costumbres, leyendas, e ilustres personajes de la Historia y de la Literatura"
Así, reveló que "una de mis mayores alegrías" era la llegada de la fiesta gastronómica, repleta de empanadillas, habas, ollas de panecicos y caramelos: "un compendio de sabores y olores que despertaban todos mis sentidos".
Significado del Tambor
El mismo término «Tambor»-indicó- "conlleva implícitamente una sensación acústica que provoca dinamismo, armonía y un sonido a redoble que regala a nuestro oído recuerdos y añoranzas; recogimiento y pasión; alegría y celebración y, sobre todo, emoción contenida y gozo desbordante", enumeró con emoción.

Lozano también resaltó la uniformidad de todos los tamborileros, "acordes con el sentimiento religioso de tristeza por el sufrimiento y muerte de Cristo", y advirtió que, junto al sentimiento doloroso del tamborilero "nace, a la par, una eclosión de júbilo y alegría que culminan en el toque del tambor, lleno de maestría.