El alcalde de Hellín, Ramón García, y el presidente de la Asociación de Cofradías y Hermandades, Francisco Juárez, mantuvieron el pasado jueves por la noche la segunda reunión entre ambas partes con el fin de seguir poniendo sobre la mesa los problemas que presenta el desarrollo de la Semana Santa y la búsqueda de posibles soluciones para conciliar los intereses de los participantes en los desfiles con el resto de ciudadanos y, sobre todo, tamborileros.
En este segundo encuentro, tras el primero que tuvo lugar entre ambos el pasado mes de septiembre, acudieron, además del concejal de Semana Santa, Emilio José Pinar y Javier Morcillo, componentes del Gobierno, el propio Juárez y otros dos componentes de su junta directiva y, como invitado de excepción, y el jefe de la Policía Local, en el mismo se fueron analizando algunos aspectos que preocupan a la Asociación de Cofradías, aunque tampoco en la reunión se adoptaron medidas concretas.
El alcalde de la ciudad calificó de «cordal y positivo» este encuentro «con el fin de poner sobre la mesa los aspectos que pueden preocupar a la Asociación de Cofradías y, entre todos, pero de manera consensuada y después de un análisis detenido de la actual situación, buscar la mejor solución posible para todos».
Análisis detenido
En este sentido, García reconoció que, quizás, en los últimos años el problema radica en el desarrollo de la Procesión de Semana Santa, sobre todo, la bajada del Calvario y, en menor medida, la del Domingo de Resurrección, en cuanto a los horarios de recogida de ambos desfiles se refiere: «estamos en una primera fase de estudio y toma de contacto antes de que en la Junta Local de Seguridad podamos llegar a unas serie de posibles medidas o actuaciones».
Sin embargo, el primer edil, como ya manifestó en su día, reclamó «tiempo al Gobierno, porque no se nos puede pedir que solucionemos en unos meses lo que otros no han podido resolver años. Es necesario el diálogo, el consenso y la colaboración de todos», al asegurar que «en algo tan sensible como la Semana Santa y en temas que se han enquistado con el paso del tiempo, las prisas o decisiones en caliente o drásticas no serían positivos para el buen discurrir de nuestra gran fiesta».