La Tómbola Solidaria de Cáritas Interparroquial de Hellín afronta la parte final de la Feria con el deseo de poder agotar las 50.000 papeletas que se han puesto a la veta en esta edición, en las que se esconden el reparto de miles de regalos, en la inmensa mayoría de los casos, donados por casas y firmas comerciales.

La Tómbola, que se inauguró el pasado viernes de Feria, aprovechando la buena climatología reinante de la primera parte, ha recibido la vista de miles de personas, en muchos casos, fieles a esta cita solidaria con la que se pretende recaudar fonos para ayudar, en el día a día, a personas y familias necesitadas.
Además, no se ha resentido en el flujo importante de visitantes el incremento que, el año pasado, aplicó a las papeletas Cáritas, de 0,10 céntimos, en relación al precio inicial, desde hace 18 años, que estaba establecido en 0,50 céntimos.
Con cada papeleta se pueden ganar, de manera directa, una amplia relación de premios directos; aunque hay otros más especiales que se pueden conseguir reuniendo cuatro corazones, la palabra Cáritas o los que coincidan con el sorteo de los regalos más especiales, como dos motocicletas, una bicicleta y electrodomésticos, que tendrá lugar, tras el disparo del castillo de fuegos artificiales este domingo y que, en esta ocasión, se adelanta a las 10.00 horas.
Despedida de Ana Báidez
La Tómbola Solidaria también servirá para empezar a despedir a Ana Báidez que, después de tres años al frente del colectivo al que llegó para suceder a Juan Sánchez, abandonará el cargo que pondrá en manos de otras personas, aunque aseguraba que continuará colaborando “con la misma ilusión” en los objetivos de Cáritas, de ayudar y socorrer a los más necesitados.
Del mismo modo, Báidez confiaba en que, de cara a la nueva junta directiva que se tendrá que constituir, “se siga luchando e insistiendo en la necesidad de idoneidad de construir una caseta fija” para, en el futuro, acoger las distintas ediciones de la Tómbola Solidaria, al describir el “gran trabajo y esfuerzo” que han de realizar, cada año, para el montaje y desmontaje de la infraestructura que se coloca a la entrada de La Rosaleda.