Radio Hellín /M. G Durante la presente campaña se ha continuado con los trabajos de excavación iniciados en 2021 en diferentes puntos de la antigua fortaleza de Isso, con el fin de intentar responder a los numerosos interrogantes que plantea un edificio “tan enigmático” como éste, debido en gran medida a que no se han conservado documentos escritos medievales que hagan referencia al mismo.

Las incógnitas, según explicó, tras la visita del alcalde, Ramón García, entre otros concejales, Julio Navarro, director de las excavaciones, junto a varios arqueólogos que se han implicado en estas acciones durante agosto, es cuándo se inició su construcción y con qué finalidad, por lo se han excavado espacios, como el patio de una casa particular de la calle del Castillo, el patio delantero de una casa particular situada intramuros, al fondo de la referida calle, el interior de las dos grandes torres cristianas que existen en el ángulo suroeste de la fortaleza y que flanqueaban la puerta mudéjar descubierta en 2021, el huerto particular que se extiende anexo al frente occidental de la fortaleza y un solar particular abierto a la calle de la Fuente.
De los cinco espacios en los que se ha actuado se han seleccionado los dos primeros, ya que son los que han aportado mayor información a la hora de conocer la evolución histórica de la fortaleza y su función.
Así el espacio uno corresponde al patio y establo de una humilde casa que debió de construirse en el siglo XVIII ó comienzos del XIX, y que se habitó prácticamente hasta nuestros días. Los restos medievales descubiertos en este sector confirman que la fortaleza era de planta cuadrangular, con grandes torreones de esquina. Tanto en la muralla como en las dependencias que se le adosan por su interior se aprecian diversas reformas que se pueden remontar a época plenomedieval, y que son susceptibles de ser agrupadas, básicamente, en dos fases constructivas. A la fase más antigua se remonta la construcción de un torreón de planta hexagonal irregular cuyos seis lados dan unas medidas aproximadas de 2,20 - 2,81 - 1,78 - 2,44 - 2,26 y 2,23 metros.
Datos de interés
En todo su alzado es una obra de mampostería encofrada con argamasa (tapial de calicanto), lo que le da una solidez mucho mayor que la que presentan los lienzos de muralla adyacentes. En una fase posterior, la torre hexagonal fue envuelta por un forro de tapial calicastrado con abundante tierra rojiza apisonada en capas horizontales, que la transformó en una estructura de planta cuadrada, con unos 6,00 metros de lado, aproximadamente. Los dos lienzos de muralla que se adosan al torreón y forman el ángulo nororiental de la fortaleza también presentan las dos fases constructivas que se analizan en el torreón. El frente oriental está cimentado directamente sobre el borde de la plataforma rocosa, conservando un alzado de entre 0,80 y 0,90 metros. Su grosor cambia a lo largo de su trayectoria con medidas que oscilan entre 1,10 y 1,40 metros. Constaba de un zócalo compuesto por grandes mampuestos dispuestos en ambas caras, entre las que se depositó un relleno de pequeñas piedras y tierra; sobre esta base se levantó una obra de tapial calicastrado con abundante tierra verdosa.
En las dos fases constructivas que se han descrito en relación a la muralla también se aprecian claramente en las estructuras que existen adosadas a la cara interna de la muralla de la fortaleza, lo que no significa que existen pruebas para establecer, con seguridad, una correlación cronológica entre ellas. La fase más antigua está conformada por cinco espacios yuxtapuestos de planta rectangular, separados por muros que oscilan entre los 0,45 y los 0,55 metros de grosor: cuatro de ellos se presentan adosados al lienzo de muralla oriental, mientras que el quinto parece ser el inicio de otra batería que, de este a oeste, se apoyaría en la muralla septentrional.
Están delimitados por muros realizados con grandes lascas de la arenisca blanca que compone el sustrato geológico sobre el que se asienta el edificio en cuestión, tomada con un barro anaranjado. La roca natural sirvió de base para la construcción de la muralla fundacional y las estructuras que delimitan estos espacios o estancias, así como de los pavimentos constatados.
En el espacio dos, además de la intervención en el sector nororiental que antes hemos descrito, destaca la que se inició este año en el patio de entrada a una de las casas tradicionales, que corresponde al sector central de la antigua fortaleza, justo al norte del patio de la Casa de los Valcárcel. Aquí se han puesto al descubierto varios muros de mampostería tomada con un mortero de barro anaranjado; un aparejo que, tanto en este sector como en el del ángulo antes descrito, corresponde a las estructuras más antiguas. También se han localizado reformas posteriores, como la derivada de la construcción de un muro de mampostería encofrada que redistribuyó el espacio anterior.
La coyuntura política del periodo al que, de manera general, se puede atribuir la fortaleza, favorece las interpretaciones propuestas. A partir de la conquista cristiana de Toledo en 1085, la inestabilidad de los musulmanes en la submeseta sur aumentó de manera exponencial, como lo demuestran las incursiones del Cid por el sur del reino de Valencia y la conquista cristiana de Aledo en 1086. Los almorávides se hicieron con el control de estas tierras a partir de 1090, pero desplegaron una intensa campaña de fortificación de ciudades y fronteras, para cuyo fin incluso crearon impuestos específicos. Finalmente, las tierras de Isso formaron parte de los extensos dominios de Ibn Mardanis (1147-1171), el famoso Rey Lobo, quien tuvo que hacer frente no solo a la amenaza cristiana sino también, sobre todo, a la del imperio almohade, contra el que se enfrentó militarmente durante los 25 años que duró su gobierno.