Casi 24 horas después de su declaración, en la tarde de ayer quedó controlado el incendio que se declaró en el término municipal de Liétor, en la inmediaciones del Pantano del Talave y que, finalmente, ha afectado a más de 700 hectáreas de pino y matorral.

De esta manera se ponía el punto y final a unas horas de verdadera angustia e incertidumbre que se produjeron a lo largo de las complicadas y laboriosas labores de extinción, sobre todo, ante las rachas de viento que dificultaron el control de las llamas aunque, a primera hora de la tarde de ayer, los más de 200 profesionales que, desde las 15.00 horas del jueves, han permanecido en la zona, se hacían con el control.
Así por ejemplo, tras una noche y madrugada intensa y en la que también los vecinos de Liétor estuvieron muy pendientes de la evolución de las llama, aunque, finalmente no se tuvo que producir ningun desalojo de viviendas, a primera hora de la mañana de ayer, unas 200 personas, volvían al lugar del incendio que, casi con toda seguridad, causó un rayo, junto a nueve medios aéreos y una treintena, terrestres; en este sentido, algunos de los vehículos que participaban en las labores quedaron calcinados por las llamas.
Control
En este sentido, al cierre de esta edición, en la zona permanecían doce profesionales del servicio de Hellín y, en estado de alerta, el resto de la Provincia, con el fin de vigilar los catorce kilómetros de perímetro que se establecieron.
Desde que se dio la voz de alarma, tanto el alcalde de la ciudad, Ramón García, como el concejal de Medio Ambiente, Julián Martínez, han seguido muy de cerca los trabajos de extinción, que ambos quisieron resumir como «encomiable y muy profesional», con el deseo de que no se vuelvan a registrar más incendios en un verano que no ha hecho sino que comenzar.
Hay que recordar que, precisamente, ayer, uno de julio, se cumplía el trágico cuatro aniversario desde que más de 7.000 hectáreas ardieron en la zona de La Sierra de los Donceles, en Agramón.