El alcalde de la ciudad criticó ayer «la extraña postura y la falta de respeto» que ha demostrado el Obispado de Albacete en la últimas semanas ya que, en estos momentos, el acuerdo con el Ayuntamiento para la reapertura del Convento de los Franciscanos está muy distante «por una actitud que no entendeos".
Y es que, Ramón García defendió el acuerdo que se reescribió hace unos meses, es decir, que el Ayuntamiento sería el propietario del Convento, cuya zona religiosa se cedería al Obispado de Albacete durante 75 años, mientras que el huerto seguirá dependiendo de los Franciscanos
Pero tras el envío del borrador del nuevo convenio a las partes implicadas, el Obispado de Albacete podría haber renegado de este acuerdo, ya que, reveló el Alcalde, "nos ha ninguneado, porque, se ha reunido, a nuestras espaldas, con las cofradías" con intereses en el Convento y que, además, registraron un escrito en el Ayuntamiento en el que urgían al propio García a adoptar medidas urgentes al respecto: «es un desprecio a la figura del alcalde, no a Ramón García, que, sinceramente, creo que el pueblo de Hellín no se merece»
García, que, sin éxito, explicó, en alguna ocasión ha intentado tratar este tema con el propio Vicario de Albacete, no acertó a comprender "esta estrategia", sobre todo, al referirse a las explicaciones del Obispado para retroceder en sus intenciones «porque por un lado nos dicen que no pretenden ampliar más su patrimonio, y por otra parte, nos piden la propiedad del edificio y no la cesión. Es una contradicción».
Pasos a seguir
Sin embargo, el Alcalde, sin dar a conocer más pistas, sí deslizó que el Gobierno ya tiene prevista «la hoja de ruta a seguir», que podría pasar con el acuerdo con Franciscanos y empezar a dar los primeros pasos para la búsqueda de la financiación necesaria para remodelar el edificio, como paso fundamental para su reapertura. Luego, sería el momento de estudiar el uso que se le empieza a dar.
Además, el propio García advertía que, si tan importante será la declaración que, en su día, pueda conceder la Junta de Comunidades, del Convento como Bien de Interés Cultural, tras los expedientes que se enviaron desde una plataforma que se constituyó para tal fin y el propio Ayuntamiento, a partir de ese momento las obras de restauración se someterán a un control y restricción importante, sin olvidar que «cada día que pase, el edificio cerrado, se irá deteriorando un poco más y, en definitiva, todos vamos a salir perdiendo», avisó