El Obispo de la Diócesis de Albacete ordenó sacerdote el pasado sábado en la Iglesia de La Asunción al joven hellinero de 30 años, Daniel Galindo, quien de esta manera culminó su carrera eclesiástica que comenzó en el 2005, al margen de los estudios que realizó en Vitoria, de Filosofía y Teología, y después de un año pastoral residiendo en la selva de Perú.
Galindo, rodeado de familiares, amigos, en algunos casos de Madrid, donde nació hasta que con siete años se desplazó a residir a Hellín, y representantes locales y provinciales de la Iglesia, celebró el final de un proceso "largo, soñado, querido y amado" en el transcurso de un acto repleto de símbolos y de gestos.

Estudiante de Capuchinos e integrante de varias cofradías y hermandades de Semana Santa, fue tras los actos conmemorativos del 50 aniversario de la Coronación Canónica de la Virgen del Rosario cuando el propio Galindo se planteó "qué hacer con mi vida"; duda que se resolvió cuando conoció a uno de los sacerdotes de la Congregación Pasionista que se encarga del cuidado del Santuario Santa Gema, en Madrid.
Guías espirituales
Otro de sus guías espirituales ha sido Manuel de Diego, durante varios años titular de la Parroquia del Corazón de Jesús y, desde hace tiempo, en otra misión religiosa en Albacete quien, como confesó el propio Galindo, le ha recomendado, en sintonía con el propio Obispo, "que no descuide la oración personal y los momentos de intimidad con el Señor que, al fin y al cabo, son los que yo voy a poder compartir con los demás".
Galindo, ya convertido en sacerdote, el domingo ofició su primera misa en la Ermita del Rosario, y el lunes, en el Asilo, en lo que definió como "un sueño hecho realidad", al recordar las ocasiones que, antes de esta nueva condición, los visitó en algunos casos en forma de voluntario.
Su destino, como coadjutor y Superior de la Comunidad, será la Parroquia San Gabriel de La Dolorosa, en Pinar de Chamartín, en Madrid.