El debut del Traslado del Cristo al Sepulcro con Nuestra Señora de la Esperanza se halla un poco más cerca, aunque sus componentes prefieren no autoimponerse una fecha concreta en el calendario, tras la presentación en la tarde-noche de ayer de los sacerdotes José de Arimatea y Nicodemo, dos nuevas figuras el grupo escultórico que se desvelaron en medio de una Iglesia de La Asunción que aplaudió varios minutos tras el descubrimiento.
Y es que como suele suceder cuando se presentan nuevas imágenes de la Semana Santa el templo se llenó para asistir a este acto que contó con la presencia del propio escultor jienense, Antonio Espaldas; junto al primer teniente de Alcalde, Juan Antonio Moreno; el concejal de Semana Santa, Amador Casado; el presidente de la Asociación de Cofradías, un Francisco Juárez que, públicamente, les ofreció todos el apoyo en nombre de su junta directiva, así como de Ricardo Magro que, junto a Antonio Ramírez, se encargaron e a bendición.
En una noche de emociones el presidente de la Cofradía, Francisco Martínez, apenas pudo resistir las lágrimas cuando recordó a alguna de las personas que nacieron junto a este proyecto en el año 2007 y han fallecido, a las que quiso al menos recordar, en el capítulo de numerosos agradecimientos que repartió « ya que gracias al esfuerzo e ilusión de muchos hemos llegado hasta aquí».
Martínez reconoció que el de ayer volvía a ser «un momento histórico y muy esperado» en el seno de la Cofradía que, por culpa de la crisis, sus deseos de poder desfilar por las calles de Hellín marchan con retraso, aunque confió que, junto a estos sacerdotes, más el Cristo de la Paz y Nuestra Señora de la Esperanza, y a la espera de la realización de María Magdalena, el trono y otros detalles, «pronto nuestro sueño, al completo, se convierta en realidad».
El presidente, quien aseguró a partir de este mmeto las imágenes pasan a ser patrimonio de todos los hellineros, sí aprovechó para reivindicar «la ilusión, trabajo, empeño y tesón» que todos los componentes de la Cofradía han depositado en este proyecto desde que nació, algo que también quiso poner en valor el propio concejal de Semana Santa, Amador Casado, quien aplaudió la iniciativa de este grupo de jóvenes hellineros por su contribución a la Semana Santa y a la «rica y variada imaginería».
Imágenes impactantes
El escultor, Antonio Espaldas, tras definir como sumamente gratificante la relación que ha mantenido con los componentes de la Cofradía, aseguró que «he puesto todo mi trabajo, energía, emociones y empeño para crear lo mejor para la Semana Santa de Hellín», con el deseo de que las nuevas imágenes «calen» como el Cristo de la Paz que creó hace cuatro años.
De los dos sacerdotes habló de José de Arimatea como la persona que, en este sentido, vence el miedo y se presenta ante Pilatos para reclamar el cuerpo de Jesús que desenclave con Nicodemo para trasladarlo al Sepulcro, aun a riesgo de ser acusado de colaborador: «nuestros protagonistas bien podrían ser las personas en las que nos podemos sentir reflejados. El hombre con sus debilidades y miedo; sus egoísmos y traiciones. Pero finalmente vencen sus contradicciones para ponerse al servicio del bien y de la virtud»,
El escultor admitió que trabajar en estos personajes evangélicos «ha sido muy importante para mí, ya que no se trataba de crear simplemente dos imágenes secundarias que portaran, sin más, el cuerpo de Jesús, sino que he pretendido darles el mayor de los protagonismos en la composición. Las personas con las que nos debemos sentir reflejados e identificados, porque, todos los cofrades somos acompañantes de Cristo en su muerte».
Más adelante explicó que ambos sacerdotes están diferenciados e individualizados en su tratamiento, jugando papeles contrapuestos dentro de la composición, y relató que José de Arimatea aparece con porte esbelto y pelo cano; sostiene el cuerpo de Cristo inclinando la mirada hacia abajo con gesto de dolor contenido. «Es el personaje más intimista e introvertido del conjunto, ya que sin aspavientos y gestos grandilocuentes se enfrenta a la muerte desde la serenidad reflexiva y dolor interior».
Sobre Nicodemo lo situó en la escena desde una postura más visceral y emocional; a los pies de Cristo, a quien mira desde abajo con la cabeza inclinada, «clamando perdón y dando el necesario sentido de avance en la composición. Es el personaje del traslado y hacia el futuro por acontecer».
«El dolor contenido y llanto emocional son ambas caras de una misma moneda y el tránsito por el que nos movemos los seres humanos y nos podemos sentir identificados», reflexionó el autor, quien defendió el papel y protagonismo de cada una de las figuras para entender de la mejor manera posible la escena que se quiere representar.
En el acto también intervino el vestidor, Juan López, y Rosa Ruiz, la persona que se ha encargado de cortar y coser las telas que lucen los sacerdotes.
También habló, tras la bendición de las imágenes, que, como suele ocurrir en este tipo de eventos, se hallaban al comienzo el acto detrás de una cortina que, con música impactante de fodndo, se fue abriendo hasta que emergieron las dos figuras, el presidente de la Asociación de Cofradías, quien mostró «todo el apoyo» a este proyecto, tras asegurar que «éste sí ha sido el camino recto y correcto que ha de seguirse», en clara alusión a la polémica que se suscitó en el pasado con la no aceptación de la Hermandad de la Virgen de la Alegría.