El único consuelo que ayer le quedaba a los hellineros y a los visitantes que aún permanecía, en una jornada festiva, en la ciudad, era saber que la próxima edición de la Semana tendrá lugar en menos de un año, tras el final de esta edición del 2014 marcada, sin duda, por una climatología histórica que ha contribuido a que las calles de la ciudad y todos los actos que se han celebrado hayan estado bañados de una altísima participación.
Lo cierto es que nadie recordaba unos valores térmicos, en plenos mes de abril, como los que se registraron el Miércoles y el Jueves pero, sorbe todo, durante toda la jornada de Viernes Santo, tanto por la mañana, lo que convirtió en una épica la bajada del Calvario por parte de los nazarenos, costaleros y bandas de música, además de los tambores; y por la noche, por lo que la Procesión del Santo Entierro, marcada en el pasado por el frío y los esfuerzos por arroparse, en esta ocasión se pudo contemplar hasta en mangas de camisa.

El tiempo también respetó en la jornada el Sábado de Gloria y Domingo de Resurrección, aunque con una bajada importante de las temperatura-pero más que soportables- y cielos encapotados y amenanzante lluvia en la recta final de la Procesión, camino de El Rabal, cerca de las 18.30 horas en que La Dolorosa se recogía en la Iglesia de La Asuncicón. Luego tuvo lugar el tradicional desfile de bandas y cornetas y tambores entre miles de personas que se resistían a dar por concluida esta edición.
Sin incidentes graves
Precisamente en El Rabal, coincidiendo con la apertura de la Procesión, tuvo lugar uno de los pocos incidentes de una Semana Santa que ha transcurrido de manera tranquila y pacífica, a pesar de la multitud, entre un tamborilero y un nazareno, lo que obligó a los agentes de la Policía Local y Nacional a tener que acudir rápidamente al lugar para poner paz.
Además del buen tiempo y ausencia de incidentes de consideración, el tercer punto a destacar ha sido la alta participación, dentro de los nuevos hábitos que se han instaurado en los tiempos, es decir, personas que a una hora prudencial de la noche en que se toca el tambor se van a dormir unas horas y se reservan para vivir en plenitud las mañanas del Viernes Santo y Domingo de Resurrección, o incluso prefieren sacrificar la madrugada para vivir las jornadas matinales, ya que la del Miércoles Santo volvió a ser una jornada corta-el tiempo pasa que vuela-pero intensa, en medio de la final de la Copa del Rey entre el Real Madrid y Barcelona, por lo que la Procesión finalizó antes de la medianoche.
Precisamente el horario de recogida de procesiones, tan polémico en el pasado, en esta ocasión más o menos se han cumplido las previsiones, aunque la del Domingo de Resurrección terminaba pasadas las 18.00 horas tras la celebración de un Encuentro muy emotivo en la explanada del Recinto Ferial entre El Resucitado y La Dolorosa (precisamente uno de sus hermanos de casi toda la vida, Fernando García, era el encargado de arrebatar el puñal a la imagen de Coullaut Valera).